La grandeza de lo pequeño

No sé con certeza si es cuestión de naturaleza humana o de tendencias que se alternan a lo largo de la Historia, pero en la actualidad resulta indiscutible la propensión a admirar lo enorme, lo gigante, lo cuantitativamente superior. Más es más y más que quiero. O, como dice el refrán, “burro grande, ande o no ande”. Ciudades de la Cultura, de las Artes y las Ciencias. Rotondas XXL. AVEs vacíos, pero a todas partes. Comprar el pan en un crossover

Los resultados de ese gigantismo intelectual están a la vista. Pero lo preocupante es que las soluciones que se plantean al desastre siguen procediendo de mentes adoradoras de magnitudes y verdades absolutas. El debate no está en el cómo, sino donde siempre: izquierda, derecha, capitalismo, comunismo, tus siglas, las mías, el Barça, el Madrid…

BUSCANDO AL CÓMO

Pero lo que ha motivado este post no es redundar en las causas o soluciones de la crisis. Ésta es, simplemente, un contexto en el que aumenta la admiración que siempre he sentido por lo sencillo y lo funcional frente a las simplezas disfrazadas de artificios ideológicos.

Es ahí, en lo sencillo y lo funcional, donde creo que reside el cómo, es decir, las soluciones para cualquier problema. Y hoy me he encontrado con una de ésas noticias que lo evidencian.

Se trata de un joven estadounidense de 14 años, Suvir Mirchandani, que a partir de un trabajo escolar sobre sostenibilidad llegó a la conclusión de que el Gobierno de su país podría ahorrar unos 234 millones de dólares simplemente usando la tipografía Garamond en lugar de Times New Roman para sus documentos oficiales.

Los detalles sobre cómo este adolescente llevó a cabo el estudio aparecen reflejados en la noticia. Probablemente, el análisis que realizó tendrá sus limitaciones y requerirá muchos matices teniendo en cuenta las variaciones de precios en función de marcas de impresoras y de proveedores de tinta empleados en cada departamento.

Pero lo importante de la información es cómo alguien consigue situar el foco en un lugar tan evidente que nadie había sido capaz de observar hasta el momento, algo que se suele asociar más al pensamiento artístico que al científico.

Sí, aquí está el cómo. El principio de las soluciones. Soluciones cualitativas que implican descomponer los procesos, analizar cada uno de sus elementos y recomponerlos aplicando lógica y creatividad. Las propuestas no siempre serán tan genialmente sencillas, pero el procedimiento ha de ser ése, científico ante todo. De ahí la importancia de potenciar esa forma de pensar en el alumnado, cuestionándose las diferentes fases que conforman cada conocimiento. Lo vimos en el post anterior y lo vemos ahora.

La Historia reciente está plagada de ejemplos similares en cuanto a dar respuestas sencillas a necesidades complejas. Una de las anécdotas más conocidas es la de la compañía American Airlines, que en 1987 consiguió ahorrar 40.000 dólares suprimiendo una aceituna de cada una de las ensaladas que servía en primera clase.

Me abstendré de mencionar el caso del bolígrafo espacial de la NASA, porque tras indagar un poco todo a punta a que se trata de una leyenda urbana. No obstante, siguen siendo numerosos los ejemplos de sencillez genial. Uno de ellos es la fregona, tan simple que la podría haber inventado cualquiera, pero que no se inventó como tal hasta 1964 por un riojano.

Chupa-chups

Y como parece ser que los españoles somos expertos en pinchar cosas con palos para dotarlas de nuevas funcionalidades, resulta ilustrativo también el ejemplo del Chupa Chups, que apareció por primera vez en el mercado en 1958 y alcanzó el estrellato hasta el punto de que el mismísimo Salvador Dalí acabó diseñando el logotipo que todos conocemos en la actualidad.

Finalmente, y para culminar este corolario de creaciones a partir de objetos ensartados en palos, me reservo al fundamental, básico y sublime futbolín, también español, aunque con sus matices. El invento de Alejandro Finisterre, además de para alegrarnos tardes y noches completas, sirve para empezar una clase de Historia de España. Porque fue en su convalecencia tras un bombardeo alemán durante la Guerra Civil cuando se le ocurrió la idea. El objetivo primordial del juego era poder conjugar lo que más gustaba a los jóvenes, el fútbol, con la imposibilidad física de practicarlo.

¿Se acabó?

Hace unos días concluí el curso #eduPLEmooc, que fue el origen de este blog. Sin embargo, como indicaba en las conclusiones, más allá del aprendizaje sobre determinadas herramientas y estrategias metodológicas aplicables a la Educación, me había resultado especialmente útil el hecho de que nos exigieran dejar reflexiones de todo tipo por escrito.

Gracias a ello, puede decirse que he recuperado el hábito/necesidad de escribir, pese a no disponer del público concreto que suponen, por ejemplo, los alumnos a los que se imparte docencia cuando se tiene la fortuna de trabajar.

Es por todo esto que, a partir de ahora, pretendo seguir usando el blog para reflejar otras inquietudes. Dado que mi especialidad es Geografía e Historia para Educación Secundaria, las entradas tendrán en general relación con los contenidos que abarcan las asignaturas que se imparten desde ese departamento, desde anécdotas a películas, pasando por aplicaciones útiles.